El presidente federal alemán, Frank-Walter Steinmeier, anunció este viernes la disolución del Bundestag y convocó elecciones generales para el 23 de febrero de 2025, adelantándose siete meses al fin de la legislatura. La decisión llega en respuesta a la crisis política desencadenada por el colapso de la coalición tripartita liderada por el canciller Olaf Scholz en noviembre.
Este movimiento, previsto tras una moción de confianza realizada el 16 de diciembre, se enmarca en lo estipulado por el artículo 39 de la Ley Fundamental de Alemania, que exige la celebración de elecciones dentro de los 60 días posteriores a dicha moción. Scholz permanecerá como canciller interino hasta la formación de un nuevo gobierno, proceso que podría extenderse por meses.
En declaraciones posteriores, Steinmeier subrayó la excepcionalidad de esta disolución, destacando que “la estabilidad política es un activo valioso en Alemania”. Añadió que “en tiempos difíciles como los actuales, la estabilidad requiere un gobierno capaz de actuar y mayorías fiables en el Bundestag”.
El presidente también llamó a los partidos políticos y ciudadanos a mantener una campaña electoral basada en el respeto y la transparencia, advirtiendo sobre los peligros de la influencia extranjera y el odio en plataformas como la red social X. “El odio y la violencia no deben tener cabida en esta campaña, ni la intimidación ni la denigración, porque todo esto es veneno para la democracia”, enfatizó Steinmeier.
El próximo gobierno enfrentará desafíos complejos, entre ellos la situación económica inestable, las guerras en Oriente Medio y Ucrania, el cambio climático y los debates sobre inmigración. Mientras tanto, las encuestas posicionan a los conservadores de la CDU con una ventaja de 10 puntos sobre los socialdemócratas del SPD, complicando la posible reelección de Scholz.
La campaña electoral, ahora oficialmente en marcha, promete ser un terreno decisivo para el futuro político de Alemania.
lgc (dpa, afp, efe)
